El Amor de Un Angel
Nací y crecí como cualquier persona normal, me crié en el seno de una familia no
muy acogedora mis padres estaban distantes y mi hermana mayor vivía con nuestro padre
porque muy bien no se llevaba con mi madre, dos personas iguales no se llevan bien por
mucho tiempo, mi madre se iba al trabajo antes de que yo llegue de la escuela y por no
querer dejarla sola yo era el que sufría de la soledad por las tardes hasta que volvía de su
empleo cuando empezaba a anochecer, el hogar que tenía en ese entonces era muy
silencioso y aburrido no tenía televisión ni teléfono celular lo único que podía hacer era
realizar mis tareas escolares y cuando las realizaba me ponía a imaginar fantásticas
historias de amor con la persona de la que estaba enamorada. Era chico, en la primaria fui
muy enamoradizo pero nunca llegue a concretar una relación con alguna de las historias
que mi cabeza imaginaba con las compañeritas que tenía, en el jardín recuerdo que luego de
mi primer beso tuve muchos primeros besos con distintas chicas pero nada de eso sucedió
en la primaria.
Siempre intente ser una persona correcta y responsable, nadie me dijo que lo hiciera
era algo que sentí toda mi vida, en la primaria tuve gran cantidad de diplomas ya sea por
buen compañero, buen alumno, destacado en educación física, etc. Supuse que esos logros
le alegraría un poco la existencia a mi madre que tenía que lidiar con todo ella sola, no
creo que es fácil dejar a un hijo solo durante todo el día. Igual tan solo no estaba, me
acompañaba mi conciencia inocente que me permitía viajar a otros lugares y a otros
tiempos con las personas que amaba, me imaginé ya de adulto con un buen empleo, una
esposa, mis hijos y mi madre que ya no trabajaba y se quedaba en la casa para estar con ella
todo el tiempo posible. Por supuesto que, a pesar de mi inocencia, tenía bien en claro que
para lograr eso necesitaba esforzarme y triunfar, fue así que comencé a tratar de realizar
todas las responsabilidades y pasatiempos de la mejor manera posible. Nunca soporté el
fracaso ni en la más mínima expresión, si no triunfaba en mis estudios me esforzaba por
mejorarlos al mayor nivel o si perdía en una simple partida de ajedrez trataba de mejorar
mis estrategias para que eso sucediera la menor cantidad de veces hasta que deje de ocurrir.
Sin darme cuenta caí en la adolescencia en esa edad era un poco complicado seguir
los ideales que tenía de pequeño, había perdido la inocencia y hacer lo correcto ya no me
gustaba demasiado. Intente hacer algunas maldades pero nunca sucedían como yo quería y
el karma tomaba represalia muy rápido sobre mí, seguí estudiando y sacando sobresalientes
pero en la adolescencia también me enamoré y me enamore tan perdidamente que todas las
historias amorosas que me imaginé cuando era más chico se hicieron realidad con la misma
persona, estaba tan loco de amor que ame con pasión y locura como nunca pensé que podía
amar a alguien, mi sueño era tener una novia para poder amarla y cuidarla a mi manera, en
la infancia rompieron muchas veces mi corazón y esta persona me dio una razón más para
vivir. Esa maravillosa historia que le daba sentido a mi vida terminó de manera espantosa y
triste, caí en un pozo de depresión imposible de salir ahora si estaba completamente solo
pero no le hice caso a mis sentimientos y sin rencor ni odio trate de seguir con mi vida
como si no pasara nada pero por dentro estaba totalmente destrozado. Cuando conocí a mi
primer amor el principio de nuestra relación fue maravilloso, ella siempre se mostró
cariñosa, divertida e impertinente conmigo, era dos años mayor y yo solo tenía catorce años
caí en las redes de su amor, no podía evitar dejar de pensar en ella los primeros meses en
que la conocí ya estaba decidido a confesarle lo que en realidad sentía, ya me había
enamorado en el primer minuto en que la vi y su actitud me terminó de conquistar. Me
confesé y decidimos ser novios, sentía lo mismo que yo e intentar comenzar una historia de
amor alegro mis días posteriores maravillosamente, a los primeros seis meses note que ella
no era en realidad como pensaba pero la ame igual, despertaba mis días y lo primero que se
me venía a la cabeza eran las ganas de vivir que sentía gracias a que mi vida giraba
alrededor de una gran persona, alrededor de un amor. Al año viví un episodio para nada
agradable, la vi al lado de otra persona y me sentí despechado, inútil y engañado por
supuesto que me enojé bastante y en un ataque de enojo quise terminar con la relación, al
mes empezó a buscarme nuevamente y no me pude resistir al encanto de sus ojos mirando
los míos ni a sus “te amo” en un tono pacifico y sincero, la perdoné y todo volvió a ser
como antes olvidé por completo el triste capítulo de nuestra historia y trate de inventar un
final feliz , quería que mi vida termine al lado de ella décadas después y la ilusión se volvió
una meta, dos años estuvimos juntos y claramente fueron los mejores de mi vida, tuvimos
nuestra primera vez y nuestras familias ya nos aceptaban como una verdadera relación de
amor, me quedaba en su casa y ella en la mía por lo menos yo era muy feliz en ese tiempo.
A los dos año termino todo, nuevamente descubrí que me engañaba y los que mis ojos
vieron fue un trauma que no pude soportar los primeros meses, ver al amor de tu vida
besando otros labios y enterarse de que estaban juntos hace un tiempito me destrozo el
corazón, cómo era mayor que yo ella estaba muy confundida su cabeza de adolecente
madura era más bien un lío de sentimientos que me rompía el alma, dicen que el perdón no
se le niega a nadie y la perdoné pero no volví a estar con ella, tardé dos años en superar eso
y no sentí rencor ni odio sobre la persona que tiempo antes alegro mucho mi vida. Por más
que yo no pude volver a tener una relación así, no pude volver a sentir ese amor que solo se
siente una sola vez, no pude volver a enamorarme pero ella sí, una vez el destino quiso que
nos encontremos un domingo en que volvía de hacer las compras que mamá me mandó
hacer y nos pusimos a hablar de cómo nos iba en nuestras vidas y me contó que actualmente
tenía una relación que estaba por cumplir dos años, entendí que luego de que lo nuestro termino
se quedó sola y no podía soportar haberla dejado sola y de alguna manera esa noticia me
tocó el corazón pero me alegro mucho también, mi alma gemela estaba siendo cuidada,
amada y mimada aunque no sea yo el que cumplía esas tareas me dio mucho gusto
escuchar eso, me calmó un poco los pensamientos que pude llegar a tener.
Toda la secundaria saque sobresalientes, mis amigos no eran los mismos que de la
infancia sino que perdí contacto con la mayoría de ellos y mis amistades año a año se
renovaban, recuerdo que en una tarde en la cancha del barrio jugando al futbol el balón se
me va hacia un lateral de la cancha, un niño de unos seis año me alcanza la pelota y me dice
de manera emocionada lo mucho que le gustaba mi pelota y no era una balón de fútbol
original ni nada de eso, mi abuela me había preguntado que quería que papá Noel me
trajera para navidad, mi abuela es una persona grande y era su nieto más chico y al ser el
menor supongo que era el favorito, tenía casi 16 años y que tu abuela te pregunte eso te
causaría risa pero le seguí la corriente a mi abuela y le pedí un balón de fútbol, me regalo
uno que era una copia china barata pero servía para patear un rato, cuando veo que este
niño de unos seis años estaba jugando con unos trapos enrollados y pegados con cinta se
me partió el alma, luego el niño me viene a preguntar de donde saque mi pelota y le
respondí que papá Noel fue quien me la trajo y me responde que papa Noel no le trajo nada
a él en esta navidad, le pregunté su nombre y Agustín fue lo que me respondió, parecía un
niño pobre su ropa estaba gastada y el pantalón le quedaba grande. Por más que odie mentir
no pude evitar decirle que papá Noel se confundió de casa y que en realidad esa pelota era
un regalo de navidad para él, sonrió y recuerdo que le faltaban los dientes de leche frontales
salió corriendo al instante en que le entregaron el balón festejando con gritos de euforia.
Tuve un amigo al cual le pasaban muchas cosas, conocía mucho la calle y tenía
mucho rencor en su corazón, le di el mejor medicamento para eso, enamorarse. Le presente
una amiga que le hizo conocer el amor, al año mi amigo ya no era el que faltaba a clases
para ir a la plaza ya no era el que golpeaba a su madre cuando le agarraba la bronca que
tenía con el mismo. Yo estaba solo, mi madre seguía trabajando mientras yo me esforzaba
por tratar de vivir una vida sin sentido, tenía los mejores amigos que se pueden pedir y
amar a los amigos y amigas no es lo mismo que enamorarse, increíblemente estaba
enamorado pero de una persona que años antes me amo y hoy ama a otra persona, pensar
que nunca se me ocurrió serle infiel ni lastimarla y a cambio recibí lo que el mar negro de
mis pensamientos tenía para mí. A mi amigo le costó sanar su corazón lleno de odio,
maldad, rencor y tristeza que justificaban su verdad pero al fin y al cabo de algunos meses
se olvidó de su pasado oscuro para dedicarle su tiempo al amor, que era un sentimiento que
no experimento nunca siendo consciente y le pareció algo tan maravilloso que se entregó
por completo a esa sensación de bienestar por amar y ser amado.
Mi padre falleció, su pérdida acabó por destrozar mi alma en pedacitos, mi hermana
se mudo a nuestra casa y las peleas eran cosa de todos los días, por lo menos ahora no
estaba solo pero necesitaba sentir amor para poder seguir con mi vida. En el conflicto que
tenían como personajes a mi mamá y mi hermana no había lugar para un intermediario que
intente calmar las aguas como yo, si no que permanecí en silencio ante la melodía ruidosa
de sus gritos de discordia. Antes de terminar el secundario me sentía un poco mejor porque
entendí que los desacuerdos no impiden la convivencia ni el cariño disfrazado que se tiene
en una familia, y el sufrimiento que sentí toda mi vida ya no estaba, ya no sufría más pero
tampoco sentía el gozo de vivir si no que lo único que hacía era ser amable con todo el
mundo, hacer lo correcto para mí y mi futuro preparándome así para la vida que quería
tener, olvidándome lo más importante, vivir.
Cuando entendí eso, cuando entendí que la vida era una sola y había que vivirla
intente transmitir ese pensamiento a todos los que me rodean, mi madre se enojaba porque
trasnochaba haciendo mis tareas ya que en el día me la pasaba haciendo cosas que me
me gustaban y me hacían feliz. Nunca sentí ese vacío existencial que mucha gente
experimenta, si no que siempre tomaba lo que me toca, si tenía que vivir para sufrir lo
hacía, si tenía que vivir para amar lo hacía, el problema estaba en que nunca cambie mis
ideales y siempre fui la misma persona, mucha gente cambia tras la pérdida de un gran
amor, se vuelven frías, solitarias y muchos caen en las drogas intentando calmar su
sufrimiento, a diferencia de mi que siempre pensé en positivo cuando la vida me daba
desgracias y soledad yo veía bendiciones y compañía. Entendí que el amor de mi
adolescencia no fue en vano si no que le enseñé a amar a una persona, perderme a mi
cambió su vida para bien y ya no era más indecisa con sus emociones, le enseñe a amar y
ella se dejo ser amada por mí, entendí también que el gesto de regalarle un balón a un niño
también cambió su vida, se volvió un jugador de fútbol profesional y le dio a su familia de
5 hermanos y una madre enferma una casa, una vida llena de lujos donde la carencia ya no
era ningún problema y mi amigo el que era una mala persona le enseñé el camino correcto
y comprendió que si la vida no es buena con uno mismo no significa que no se puede
disfrutar y el amor se volvió la fortaleza de su alma, de vez en cuando lo visito pero él no lo
sabe, nadie sabe que cuido de todos los que amo.
Fallecí en un accidente que tuvo el transporte que me llevaba a clases un día de
primavera, la falta de amor y honestidad que había en mi presencia frente a la gente que me
quería se hizo muy notoria, mi hermana ya no discutía con mi madre, es más le regalo una
bendición enorme que se llamaba Cristofer Alberto en memoria mía y de mi padre, mi
sobrino creció con su madre, su padre y su abuela que lo amaban un montón. Hoy tengo
muchos amigos que son igual de buenos que yo, nos divertimos y la pasamos bien todos los
días, ya no tengo que lidiar con ningún malestar emocional ni físico y el amor que siempre
sentí en mi corazón por todas las personas que conocí permitían que mi alma esté tranquila.
El día en que deje ese mundo comprendí que mi misión en él ya estaba cumplida, yo era un
ángel mandado del cielo para llenarlo de amor y sinceridad , en mi corto plazo de dieciocho
años logre cambiarlo un poco y pese a mi sufrimiento y mi soledad la pase muy bien,
entendí que tenía que disfrutar de mi madre, mis amigos y mi vida y así fue, creo que
entender eso me libró de todo mal, ya que en el accidente fui el único que se beneficio con
la paz que jamás sentí estando vivo, solo estoy a la espera de que mis conocidos cumplan
con su deber y tengo esperanza de que así será porque les dejé las mejores enseñanzas, mis
ideales que tuve de niño, mi mirada inocente sobre el mundo no cambió nunca, con razón
siempre busqué el amor donde había sufrimiento la palabra amable me describe
perfectamente, se me es fácil amar a todas las personas que necesitan un poco de amor pero
nunca recibí lo mismo a cambio y eso no me importo, recién ahora gozo del fruto de mi
sufrimiento y de la fidelidad siempre que me tuve.